La carboxiterapia es un tratamiento para el cuerpo que permite a los pacientes tonificar su piel de forma sencilla y sin ser realmente agresivo, tengamos en cuenta que se trata de un procedimiento que actualmente no es quirúrgico, con todas las ventajas que esto implica, aunque hay que ser conscientes que para poder someternos a este tratamiento es verdaderamente importante que no padezcamos problemas renales o hepáticos.
El proceso es relativamente simple, y para el paciente no suele ser doloroso, de hecho, el post-tratamiento tampoco se considera ni doloroso ni molesto, simplemente se introduce una pequeña manguera debajo de la dermis del paciente y posteriormente se procede al tratamiento inyectando pequeñas proporciones de CO2 debajo de la piel, lo que tras varias sesiones permitirá al paciente lucir una piel tensa y joven.
Como podemos ver se trata de un proceso que permite tonificar la piel, lo que lo convierte en un muy buen aliado de los procesos de reducción de peso, es decir, si te encuentras bajo dieta y ejercicio, o bien si fuiste intervenido quirúrgicamente para reducir tu peso, pero tu piel no luce correctamente tonificada, entonces la carboxiterapia es un excelente método para complementar esta clase de tratamientos.
Las sesiones de carboxiterapia además son sesiones relativamente cortas, de hecho suelen tener un promedio de duración que ronda entre los 30 y 60 minutos, aunque mucho depende de la zona del cuerpo a tratar, y también del estado en que se encuentre, de esta forma pueden existir casos en que las sesiones ni siquiera superen los 15 minutos.
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